La llegada de cerca de 2.000 aficionados de la Roma a Bilbao para el partido de octavos de final de la Europa League ha suscitado inquietud, especialmente por la presencia de aproximadamente 300 ultras del club italiano. Estos seguidores han sido notados en la capital vizcaína, donde su desplazamiento hacia el estadio de San Mamés estuvo marcado por momentos de tensión.
Incidentes durante el desplazamiento
La Ertzaintza, responsable de la seguridad, escoltó a la hinchada romanista, aunque se registraron incidentes que incluyeron cargas policiales en las cercanías del estadio. Los aficionados italianos estaban convocados a las 15.45 horas en la calle Iparraguirre, desde donde iniciaron su recorrido hacia La Catedral, un trayecto que se extendió por cerca de dos horas.
Comportamiento de los aficionados
Durante este trayecto, se produjeron saludos nazis y cánticos despectivos hacia la ciudad, lo que incrementó la preocupación por el ambiente del evento. Además, se observó la presencia de miembros del Frente Atlético, un grupo radical español que mantiene una relación de hermandad con los ultras italianos.
Medidas de seguridad implementadas
Este partido no solo representa un enfrentamiento deportivo, sino que también actúa como una prueba para el dispositivo de seguridad que se implementará en la final de la Europa League, programada para el 21 de mayo. Para ello, se ha instalado un vallado que rodea el perímetro de San Mamés, así como varias puertas en el acceso a la explanada, utilizadas para filtrar a los seguidores visitantes.
Separación de aficiones
En el trayecto hacia el estadio, se han colocado vallas en los laterales para separar a las dos aficiones, lo que forma parte de las medidas de seguridad adoptadas ante la situación. Estas acciones buscan garantizar un ambiente seguro durante el evento y prevenir posibles altercados.
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