La portería del Athletic Club de Bilbao parece estar bajo una especie de maldición que se repite cada verano, afectando a sus guardametas de diversas maneras. Este año, los porteros Unai Simón y Julen Agirrezabala son las últimas víctimas de esta racha de infortunios. Simón ha sido operado de la muñeca derecha y estará de baja entre cuatro y cinco meses, mientras que Agirrezabala sufrió una contusión lumbar que le provocó fracturas en las vértebras L2, L3 y L4, dejándolo fuera de juego por aproximadamente un mes.
Esta situación no es nueva para el Athletic. En temporadas anteriores, el equipo ha enfrentado problemas similares con sus porteros, desde lesiones y salidas por cláusulas de rescisión hasta complicaciones en las renovaciones de contratos y convocatorias internacionales. Por ejemplo, en 2018, el club tuvo que recuperar a Unai Simón de su cesión al Elche tras la salida de Kepa al Chelsea y una lesión de Herrerín. En 2021, Simón se perdió toda la pretemporada debido a su participación en la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, lo que permitió a Agirrezabala jugar las dos primeras jornadas de la liga.
A pesar de estos contratiempos, el Athletic ha logrado mantener un buen rendimiento colectivo. La portería del equipo está bien cubierta, tanto en el primer equipo como en las categorías inferiores, lo que sugiere que podrán superar las actuales lesiones de Simón y Agirrezabala sin mayores problemas. En caso de que Agirrezabala no se recupere a tiempo para el inicio de la liga, Padilla y Gastesi son las alternativas disponibles.
En resumen, la portería del Athletic Club sigue siendo un área de constante agitación y desafíos, pero el equipo ha demostrado ser capaz de adaptarse y encontrar soluciones a cada problema que se presenta.
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