El inicio de la temporada para el Athletic Club estuvo marcado por un gran desafío: adaptarse a un calendario más exigente tras su regreso a competiciones europeas. La incertidumbre giraba en torno a la capacidad del entrenador Ernesto Valverde para gestionar una plantilla que pudiera afrontar este reto, así como la efectividad de las rotaciones, que se volvieron imprescindibles. Aunque existía un optimismo moderado, muchos aficionados se mostraban escépticos, especialmente porque la última experiencia europea del club había sido hace seis años y la mayoría de los jugadores no la habían vivido.
Desempeño Inicial en la Liga
En las primeras jornadas de la Liga, el Athletic no logró obtener resultados positivos, lo que evidenció que el equipo aún estaba en proceso de adaptación. A pesar de haber ganado reconocimiento en temporadas anteriores, la inminente participación en Europa generaba inquietud sobre la capacidad defensiva del equipo, que había sido la segunda menos goleada de la Primera División en la campaña anterior, solo superada por el Real Madrid.
Preocupaciones en la Defensa
Las preocupaciones se centraban en la retaguardia, que había funcionado con una alineación casi invariable compuesta por De Marcos, Vivián, Paredes y Berchiche. Con la carga de dos partidos por semana, Valverde se vio obligado a implementar rotaciones. Para fortalecer la defensa, el club fichó a Gorosabel, promovió a Adama Boiro y recuperó a Unai Núñez, además de esperar que Yeray Álvarez superara sus problemas de lesiones.
Mejoras en el Rendimiento Defensivo
Seis meses después, el Athletic ha logrado no solo mantener, sino también mejorar su rendimiento defensivo. En las primeras 23 jornadas de la Liga, el equipo ha encajado un gol menos que en la temporada anterior, con un total de 20 goles, posicionándose como el tercer equipo menos goleado del campeonato.
Factores Clave del Éxito
Este éxito se atribuye a dos factores fundamentales: la defensa en el Athletic es una responsabilidad colectiva, que comienza con una intensa presión adelantada, y las rotaciones en la línea defensiva han demostrado ser efectivas. Gorosabel y Adama Boiro han sabido aprovechar sus oportunidades, mientras que Unai Núñez ha cumplido su rol como cuarto central. Además, Yeray Álvarez ha regresado a su mejor forma, consolidándose como un titular indiscutible.
Conclusión
Así, en esta exigente temporada de regreso a Europa, la defensa del Athletic Club se ha reafirmado como una de sus principales fortalezas, demostrando que la adaptación a un nuevo desafío puede ser exitosa con la estrategia adecuada y un equipo comprometido.
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