El ambiente en el vestuario del Rangers se torna cada vez más tenso a medida que se aproxima el crucial partido contra el Athletic Club, programado para este jueves a las 21:00 horas. Este encuentro corresponde a la ida de los cuartos de final de la Europa League y llega en un momento complicado para el equipo escocés.
Descontento tras la última derrota
La reciente derrota del Rangers por 0-2 ante el Hibernian, que ocupa el tercer lugar en la Scottish Premiership, ha generado un gran descontento en su entrenador, Barry Ferguson, quien asumió el cargo de manera interina hace poco más de un mes. Ferguson no ocultó su frustración tras el partido, señalando la falta de compromiso de sus jugadores.
Cambios necesarios en el equipo
El entrenador anunció que implementará cambios para intentar revertir la situación. El Rangers ha sufrido tres derrotas consecutivas en su estadio, complicando su situación en la liga, donde se encuentra a 13 puntos del líder, el Celtic, y ya ha sido eliminado de la Copa. La Europa League se presenta como la única oportunidad de salvar la temporada.
Frustración y expectativas
Ferguson expresó su decepción, afirmando que el rendimiento del equipo está muy por debajo de lo esperado. «Este no es el Rangers. Está muy lejos de serlo», comentó, añadiendo que los partidos europeos deberían ser más fáciles de afrontar. Además, enfatizó que si los jugadores no muestran la actitud necesaria, no tendrán cabida en su equipo.
Actuaciones críticas y sanciones
Uno de los puntos críticos ha sido la actuación del portero Jack Butland, quien ha cometido errores en los últimos encuentros. Ferguson mencionó que le comunicó a Butland que su error fue grave y que podría haber cambios en la alineación, incluyendo en la portería. Además, el técnico no podrá contar con el defensa John Souttar ni con el centrocampista Mohamed Diomande debido a sanciones, lo que podría llevar a más modificaciones en el once inicial.
Un desafío inminente
Ferguson concluyó su análisis asegurando que su objetivo es encontrar un escenario donde el equipo compita con la misma intensidad que sus rivales, algo que no se vio en el último partido. La situación en el Rangers, marcada por la presión y la necesidad de resultados, se presenta como un desafío para el equipo antes de enfrentarse al Athletic Club.
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