
Athletic Club
El Athletic suma un punto tras un partido que olía a empate en San Mamés
El partido entre el Athletic Club y el Real Mallorca, celebrado el 9 de marzo de 2025, estuvo marcado por una atmósfera que presagiaba un empate. Desde horas antes del inicio, la sensación de que el marcador no se movería era evidente, lo que llevó a algunos aficionados a realizar rituales supersticiosos, como tocar la bota de la estatua de Iribar.
Desarrollo del Partido
Primera Mitad: Un Juego Sin Emoción
Durante la primera mitad, el encuentro resultó poco emocionante, con un ambiente más animado en la tribuna de prensa que en el terreno de juego. Los periodistas se distrajeron observando el constante flujo de aficionados que llegaban tarde, en contraste con la mayoría de los espectadores que ya ocupaban sus asientos. Este fenómeno también se observó en la tribuna alta, donde muchos seguían buscando su lugar incluso después de que el árbitro había dado inicio al partido.
Segunda Mitad: Un Giro Inesperado
La segunda parte del encuentro trajo un cambio inesperado cuando Raíllo, jugador del Mallorca, impactó el juego. Su intervención revitalizó al Athletic, que mostró un destello de su potencial, culminando en un gol de cabeza de Nico Williams. Este momento generó esperanza entre los aficionados, aunque la ilusión fue efímera, ya que el empate se mantuvo en el marcador.
Reflexiones Post-Partido
A pesar de la falta de conexión entre el equipo y la afición, el Athletic logró sumar un punto en su camino hacia un final de liga satisfactorio. Al concluir el encuentro, Jagoba Arrasate, entrenador del Mallorca, lamentó la situación de la grada, que se mostró dividida durante el partido. Aunque el resultado no fue el esperado, los aficionados de la tribuna alta se quedaron para capturar el momento con selfies, reflejando una mezcla de emociones tras un partido que, aunque no fue brillante, dejó un punto más en la clasificación.
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