
El 30 de diciembre de 1985, Juan Pedro Guzmán, directivo del Athletic, fue secuestrado en una jornada marcada por la inminente entrada del IVA. Su secuestro conmocionó al mundo del fútbol y a su familia, generando una ola de apoyo y solidaridad.
Un suceso que marcó al Athletic
El secuestro de Guzmán no solo impactó a su familia, sino que también afectó profundamente al Athletic y a la comunidad futbolística. Su carácter afable y su cercanía con el fútbol base le habían granjeado muchas simpatías.
Recuerdos de un día trágico
«La gente se portó muy bien en unas circunstancias muy difíciles para mí», recuerda Juan Pedro.
El día de su secuestro, Guzmán había disfrutado de un partido de fútbol sala con directivos y periodistas, donde anotó dos goles. Tras despedirse de sus compañeros, fue secuestrado a las afueras del restaurante Jan Toki.
La familia de Guzmán tiene una larga historia con el Athletic. Su tío, Enrique Guzmán, fue presidente del club y su hermano, Txomin, también ocupó cargos directivos. Este legado familiar hizo que el secuestro fuera percibido como un ataque al club.
Seis días después, el 9 de enero de 1986, los GEO liberaron a Juan Pedro, poniendo fin a una pesadilla que dejó una huella imborrable en su vida y en la historia del Athletic.
El secuestro de Juan Pedro Guzmán sigue siendo un recuerdo doloroso en el ámbito del fútbol español.
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