En Balmaseda, la pasión por el Athletic Club se entrelaza con la tradición religiosa en un ambiente festivo y esperanzador. Durante el Vía Crucis infantil de La Magdalena, el casco histórico se tiñó de rojiblanco con la participación de alrededor de 150 niños, incluso las mascotas se sumaron a la tendencia. Entre risas, se especulaba sobre indultar a Jesucristo para que pueda disfrutar del partido, mientras los más pequeños se preparaban para representar los pasos de la Pasión.
La emoción se palpaba en cada rincón, con balcones y ventanas engalanados con los colores del Athletic. Los vecinos expresaban su deseo de que el equipo traiga la Copa a casa, recordando épocas pasadas de gloria. La conexión generacional se hacía evidente, con niños ondeando banderas rojiblancas y soñando con celebrar una victoria histórica.
La llegada de visitantes, como Estrella Lacruz desde Logroño, resaltaba la importancia de mantener vivas las tradiciones locales, ya sea a través de eventos religiosos o del fervor por el fútbol. La unión entre la Pasión Viviente y el deporte se reflejaba en cada paso por las calles de Balmaseda.
Con la esperanza de romper la sequía de títulos, los aficionados se preparaban para animar al equipo desde distintos rincones, con la ilusión de sumarse a la celebración en Bilbao en caso de una victoria. La comunidad se involucraba al máximo, demostrando que la pasión por el Athletic trasciende generaciones y se mantiene viva en el corazón de los balmasedanos.
